
Foto: Manu Rodriguez
El shakedown de esta 49ª edición del Rallye España-Cataluña no ha sido la representación más fidedigna que digamos del medio al que deberán aclimatarse los pilotos a partir de mañana (viernes) por la noche, cuando comiencen a rugir los coches del Mundial por las serpenteantes carreteras de la provincia de Tarragona. Tampoco ha sido el 'shake' más divertido para el público y los compañeros de la prensa gráfica: al contrario que en las últimas ediciones, al invertirse este año el orden de los factores o, mejor dicho, de las dos superficies que se conjugarán de nuevo en el itinerario del rallye, el tramo de pruebas se ha celebrado esta vez íntegramente sobre asfalto, a lo largo de un recorrido urbano de 2.05 kilómetros, trazado en las inmediaciones de Port Aventura, entre aceras y bordillos, con la rotonda de siempre, apenas un cruce, y unas cuantas chicanes artificiales. Vamos, que el tema estaba para pocas tonterías... Ni mucho menos para florituras, a riesgo de cometer, por querer lucirse en exceso, una de esas pifias de las que te arruinan el rallye a las primeras de cambio, y sino que se lo digan a Räikkönen en 2010...